Quedamos a primera hora de la mañana en la localidad costera de Llançà.

Después de repartir los welcome packs y cargar algunos tracks, emprendemos el viaje. Nos esperan más de mil quilómetros para unir los dos mares, aunque antes de salir no podía faltar la foto de grupo.  Un día de salir un poco tarde, por eso de las preguntas, los grupos y que nos apetece también poder pararnos para tomar un refresco y poder charlar un rato mientras nos vamos conociendo y se va creando uno de estos grupos que sabes que la diversión esta asegurada.

Atravesamos el bonito pueblo de Enpolla donde podemos ver sus estrechas calles y después de estresar a un par de vecinos, decidimos no cruzar por dentro del pueblo y mejor coger la carretera que lo rodea, y como no, toca otra breve parada para comentar la jugada.

Después de un rato de pistas, lo mejor es parar para comer algo. En esta ruta degustamos un aceite fantástico de estos a los que les sobra cualquier acompañamiento, gracias a Pepelu.

La tarde se presenta rebelde, pues parece ser que ha habido viento por tierras francesas y tenemos que quitar a más de un árbol de en medio de la pista.

Finalmente hemos acabado el día en el precioso pueblo montañés de Vilallonga de Ter. Preciosos estos pueblos de los Pirineos. Una buena cena y a dormir. Mañana nos espera más ruta y más sorpresas. Día marcado por el estado de las pistas con nieve.

¿Podremos pasar por la pista de Tregurà a Ribes de Freser?

Mañana os lo contamos…

Equipo Aventurame

Transpirenaica 2017